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Un lunes como cualquiera

Como algunos días de la semana, me levanto a las 6:21h, me baño, me visto, me peino y me maquillo un poco mientras voy llamado por su nombre a mis niñas para que despierten.

Bajo a la cocina, vacío el lavavajillas, pongo a hervir agua para tomar mi infusión de gengibre con limón (jamás tengo hambre tan temprano), preparo fruta para las niñas, Jeroen prepara el pan para el almuerzo, tomo mi té y como trozos de pepino.

Sofía baja con esa sonrisa que alegra el día, la apachurro y ella me premia con un beso. La peino, como siempre, con una sola trenza. Subo a ver a Elena, ella tiene mucha flojera y quiere seguir durmiendo, me pide que le alcance la ropa y le lanzo por los aires unos leggins bicolor: rosado y blanco, un polo gris y ropa interior. Se viste de inmediato y también le ayudo a peinarse, le doy un beso y me despido.

7:28h, agarro un paraguas y salgo de casa, llueve y el cielo está gris, parece que será un día muy largo. Subo al carro y conduzco por la vía expresa y comienzo a tararear la canción de Christian Meier “Carreteras mojadas”, sonrío. Manejo bajo esa lluvia persistente durante más de 50 minutos. 8:21h, llego al parking, apago el carro, respiro un rato, me miro al espejo, reviso mi celular y bajo del carro.

8:28h entro a la oficina, prendo la computadora, reviso el teléfono de la oficina, hay mensajes de voz y algunos con preguntas que me dispongo de inmediato a contestar, mi correo apenas tiene 5 mensajes, uno de publicidad, y los demás de trabajo.

Miro por la ventana y la lluvia ha cesado pero el cielo sigue gris. Entra mi colega y me pregunta por unos documentos que no encuentra en el sistema, reviso y me doy cuenta de que olvidé guardarlos la semana anterior, me dispongo a hacerlo aunque pensaba que ya lo había hecho, quizás estaba distraída.

10:18h, llama Roberto, carpintero de profesión y me cuenta que vive en España, pasa por un momento difícil, al paracer problemas con su ex, quiere trabajar en Holanda para marcar distancia. Capto su acento peruano y él, a la vez, me pregunta si soy peruana. Me vuelve a preguntar mi nombre y me dice que su hija se llama igual y es una niña terrible, yo le digo que no tiene que ver con el nombre porque yo soy un ángel jaja… La niña tiene 2 años y rompre todo. Mientras hablo con Roberto entra un hombre a la oficina para limpiar las ventanas y baja las macetas al suelo, termina de limpiar y luego las vuelve a poner en su sitio. Me despido de Roberto con la promesa de buscar un puesto ideal para él.

11:30h, ya siento hambre, recuerdo que no comí mucho, será por eso, me distraigo haciendo unas llamadas. 12:23h, veo al hombre que limpia los vidrios que lo hace por fuera, pienso que se puede caer, lo miro y me saluda con la mano.

Ya son las 12:32h subo a comer mi pan con queso y jamón, siempre me gustó la combinación del queso con el jamón, nuevamente bajo a mi escritorio, debo terminar mi tarea de la escuela. 13:30h, termina mi pausa, contesto mensajes del teléfono y llamo también a Francisco, José, Pablo y Fernando. Algunos contestan con mucho entusiasmo, a otros les cuesta más, se ponen nerviosos y no saben qué decir.

16:22h, entra una colega que acaba de regresar de vacaciones, se fue a España, tiene un lindo color por los baños de sol que recibió, nos comenta que tiene un montón de trabajo y no tiene ganas de continuar, sigue con el letargo de las vacaciones. Conversamos un poco, es muy alegre y siempre tiene dibujada una sonrisa.

17:23h, ya casi es mi hora de salida, me subiré al auto e iré a clases, siempre llego 5 minutos tarde o 10 porque hay tráfico. La lección termina a las 21h y regreso a casa, comeré lo que Jeroen haya cocinado (hoy toca burritos), tomaré un vino y dormiré.

Ese es un lunes cualquiera para esta extranjera que llegó a Holanda en busca de un futuro mejor, mañana despertaré a la misma hora pero sólo trabajo medio día porque me puedo cansar y no queremos eso.