Archivo por meses: octubre 2015

Sin huesos 🙀

¡Que viva la sin huesos! Yo gritaba eufórica una noche en el centro de la plaza de Cuzco, y mis amigas decían: ¡Que vivaaaaa! Y mi enamorado de ese entonces se meaba de risa. 
Cosas de la vida hoy en el cambiador de la piscina mi hija menor grita: Mamá mirá, por qué ese niño tiene un hueso? Creyendo que hablaba de las vértebras le dije: Hijita todos tenemos esos huesitos. Yo le daba la espalda al niño y mi hija preguntó otra vez: Pero mamá mamaaaaa mira miraaaaaaa! Por qué ese niño tiene ese hueso? Yo no tengo ese hueso!

‘Ay hijita, porque es niño mi amor. ‘

Esos son los instantes que amo, cuando nadie nos entiende español.

  

Viaje para dos

La última vez que salimos de viaje solos y juntos fue justo antes de que nazca nuestra hija mayor, osea hace un poco más de 6 años.

Hace poco que se dio la oportunidad de escaparnos dos días y una noche a Ámsterdam. Mi cuñada vive allí y nos presta su casita. Ella viene a Amersfoort y le prestamos a las niñas.

Después de dejar todo dispuesto y encargar a las niñas que sean buenas con la tía y no abusen de la confianza, el sábado a eso de las 4 de la tarde llegamos a Ámsterdam sin muchos planes pero con ganas de disfrutar nuestra libertad, así que nos dedicamos a caminar nos encontramos con el mercado Alber Cuypmarkt y por supuesto parada obligatoria en el kiosko de papas fritas servidas con abundante mayonesa, que ricoooooo! Me declaro adicta a esta costumbre holandesa, cuando veo papas fritas me recuerda a un pasaje de la película Pulp Fiction donde John Travolta hace mención de las papas fritas que se comen en Holanda, esa peli también es una de mis favoritas de todos los tiempos.

Adicta.

 

Caminamos, paseamos de la mano hasta que nos sentamos a tomar una cervecita que se convirtieron en varias y se nos ocurrió ir al cine que no íbamos solos hace quizá 8 años, vimos the Martian, simpática la peli.

La grande es mía… No es verdad.

Luego de haberme engullido una porción bastante generosa de popcorn nos dispusimos ir a beber algo más y comer algo rico, pero no contaba con este mi cuerpo maltrecho y me desconpuse maaaal, de pronto dolor de cuerpo y unas ganas locas de vomitar, entramos a un bar y pedí agua con gas, no podía comer ni beber absolutamente nada más, me sentía devastada porque debíamos divertirnos y yo con mis achaques de chica pasada de moda, vergonzoso!

 
En fin, dormimos y al día siguiente despertamos tarde, sin interrupción de sueño, nos desperezamos y salimos a buscar un rico desayuno, además teníamos pensado desde hace días ir a algún museo pero no compramos entradas porque no decidíamos a cual.

Ahora mismo hay una exhibición que me encantaría ver que es en el museo de Van Gogh, en esta presentación se muestra pinturas del mismo junto a las de Edvard Munch en un afán de compararlos por la similitud de su arte así que emprendimos el trayecto esta vez en bus porque aún no me sentía al 100%, pero no contabamos con la gran maratón que se realizaba en la ciudad y los trayectos de los buses estaban retrasados y cambiados así que cuando llegamos al museo vimos una fila interminable y debíamos esperar bajo esa lluvia chispeante durante no se bien cuanto tiempo. Nos pusimos en fila y esta avanzaba a su ritmo pero el reloj avanzaba más rápido y se nos acababa el día haciendo fila, así que salimos de ella y caminamos bajo la lluvia pasamos por plazas, calles, edificaciones preciosas y por supuesto más de una vez nos encontramos con la gran maratón de 43 Km. acompañando a esta se veía gente entusiasta que vitoreaba a viva voz a quienes conocían y desconocían, se sentía una atmósfera única, hasta vi flameado una bandera peruana.

   
Paseamos por las callecitas rodeadas de canales y definitivamente teníamos que pasar por la zona roja y no perdernos el espectáculo que resultan las ventanas exibiendo a mujeres de todas las razas mostrando sus carnes que en muchos casos son abundantes y en otros no tanto, inevitable no sentir el aroma cannabis sativiense en el aire, nos recuerda donde estamos, veo los ojos brillosos de los turistas que se dejan llevar por los placeres pecaminosos de la ciudad y nos divertimos, nos reímos, nos miramos y nos recordamos que nos amamos y que no somos dos como era hace años sino somos cuatro, pero cuando se pueda nos volveremos a perder solo los dos.

Ventanas rojas

  

Ser niño en Holanda, es ser un niño feliz 😉

Si yo hubiera sido niña en Holanda habría abusado del sistema holandés ya que ser niño en Holanda es realmente grandioso. Cuando voy al colegio a dejar o recoger a las niñas veo niños felices, sus caritas reflejan tranquilidad, el apego que tienen con sus padres es impresionante . Todo lo contrario a lo que nos hacen creer acerca de que el Holandés o europeo es frío no tiene ningún argumento sostenible… en realidad hay de todo, pero quiero verlo lindo, como un poema de colores. Cómo no sería feliz un niño si despierta y su desayuno es un pan con chocolate? Tal costumbre se basa en que los niños deben tener energía para aguantar todas las horas que deben pasar en el colegio.


 Y nada más divertido que ir al colegio con sus amigos montando bicicleta, si llueve mejor aún, es más emocionante, disfrutan, ríen y buscan los charcos para salpicar a sus amigos. Quién no quiere hacer eso cuando es niño? (cuando somos grandes también pero nos reprimimos).

8 am, niebla en el camino.

Tengo el lujo de poder dejar a mis niñas en sus aulas todas las mañanas, sentarme un rato con ellas para que me muestren lo que hicieron el día anterior. Sus aulas son como un salón de juego lleno de papeles multicolores pegados a la pared y al techo, con andamios repletos de libros y juegos educativos.

El patio del colegio al que van mis niñas da hacia la calle con una reja baja y una puerta que se abre fácilmente, al principio creí que era inseguro porque lamentablemente ni en sueños existiría un colegio así en mi país (yo hubiera abierto la puerta y me habría escapado a cualquier otro lugar).

IMG_1350

Paso a veces por allí ya que el ‘super’ me queda cerca, uno de esos días era justo la hora del recreo de mi enana menor y vi cómo se reía con sus compañeros, ella no habla holandés pero igual goza (como su madre). Empezó a llover y la profesora se puso la capucha, los puso en fila y poco a poco los fue llevando dentro (sin pánico). Por supuesto ellos querían seguir jugando para mojarse y corretear bajo la lluvia.

Otro día entré al colegio y encontré a un señor que muy alegremente tocaba el acordeón, los niños entraban felices y los padres también.

Siento que la educación aquí es más relajada, los niños no se estresan en el colegio por aprender, no es una competencia, los niños tienen que jugar y los educadores aplican la teoría de aprender – jugando. Y no sólo eso sino que también los niños aprenden a su ritmo, no más rápido ni más despacio, todo a su momento. Los holandeses usan mucho esta frase: ‘Aprenderá cuando esté listo’.

Los niños tienen libertad, por las tardes salgo con las niñas a los pequeños parques cerca a casa y veo niños muy pequeños paseando solos, montando bicicleta, mirando el pasto o fijando la vista en el cielo siguiendo el rastro blanco que dejan los aviones. Otros niños prefieren la pesca y se van al canal a probar suerte con sus amigos.

Vista desde el balcón. 

A los niños los dejan ser, sin miedo, yo me he preguntado en reiteradas ocasiones si podré algún día pensar como lo hacen aquí. Yo temo que les pase algo malo mientras están solas, quizás son traumas que traigo de donde vengo.

Será que el secreto de tener niños felices es criarlos con libertad y sin miedo?

Aquí me siento niña otra vez.

Holanda figura en el septimo lugar.