Mis hijas desde hace mucho tiempo me piden animales, de cualquier tipo. Puede ser un perro, conejo o gato. «Porfa mami queremos un perro.» Hijita no es posible porque al perro hay q sacarlo a pasear, darle de comer, etc. «Mami yo lo saco.» «Si mi amor y quién te saca a ti?» No, no, no hay forma chicas, olvídenlo. Y soy la bruja del año. Y que conste que yo amo a los animales, pero ya tengo 2 hijas que requieren mi atención.
En fin, lo olvidan por un tiempo y vuelve el pedido. «Mami queremos tener un conejo.» «No hijita el conejo corre y quiere morder todo, nos malogrará los muebles.» «Pero mami le ponemos en su jaulita.» «No mi vida, los animales deben ser libres, pobrecito el conejito.» Y la bruja is back.
Y otra vez, «Y si tenemos un gato?» «Ni hablar mi princesa bella, los gatos son lindos pero en casa del vecino mi amor. Dejan pelo por toda la casa y luego huele a pup de gato. Hijita cuando sean más grandes pensaremos en mascota, si?» Y me miran acusándome de bruja.
Un buen día revisando los juguetes que heredaron del primo mayor encontramos un pececito bonito y les dije «mireeeen vuestra mascota!» Y como mis hijas son buenas e inocentes, lo adoptaron como tal.
Ahora el pez disfruta de un acuario improvisado en un vaso para whisky, le cambian el agua todos los días y no lo tenemos que sacar a pasear.
Holanda para una latina 